¿Por qué a veces puede ser malo sonarse la nariz?
Los mocos, también conocidos como secreciones nasales, son una parte fundamental de nuestro sistema respiratorio. Sí, vale, lo sabemos, esto es un tema poco glamuroso, pero es que los mocos tienen una función crucial: proteger nuestras vías respiratorias de partículas, bacterias y virus. Sin embargo, cuando se acumulan en exceso, la incomodidad nos lleva a una acción instintiva: sonarnos la nariz. Te suena, ¿verdad?
Aunque parece una solución sencilla y efectiva, desde el punto de vista de la fisioterapia y la salud respiratoria, es importante tener en cuenta que no siempre es la mejor opción. De hecho, en algunas circunstancias, sonarse la nariz podría ser perjudicial. Sigue leyendo, que esto te interesa ;)
¿Qué son exactamente los mocos y para qué sirven?
Los mocos son una mezcla de agua, mucinas (proteínas que les dan su consistencia viscosa), células inmunitarias y otros componentes. Su principal función es:
- Humedecer las vías respiratorias.
- Atrapar partículas y microorganismos nocivos.
- Servir como una barrera de defensa inmunitaria.
Cuando tenemos un resfriado, alergias o infecciones, el cuerpo produce más mucosidad como respuesta a la presencia de patógenos. Es entonces cuando empezamos a sentir la nariz congestionada y buscamos alivio inmediato.
El problema de sonarse la nariz con demasiada fuerza
Aunque sonarse puede parecer el remedio más lógico para despejar la nariz, hacerlo de forma incorrecta o excesivamente enérgica puede tener consecuencias negativas:
1. Aumento de la presión en los senos paranasales: Sonarse con fuerza genera una alta presión dentro de la cavidad nasal, lo que puede empujar la mucosidad hacia los senos paranasales. Esto no solo es contraproducente, sino que también podría incrementar el riesgo de desarrollar una infección sinusal (sinusitis).
2. Posible daño a la mucosa nasal: La mucosa nasal es delicada, y sonarse repetidamente puede irritarla o incluso causar pequeñas heridas. Esto puede provocar molestias, sangrado nasal o inflamación.
3. Riesgo de empujar mucosidad hacia el oído medio: La nariz y el oído están conectados a través de la trompa de Eustaquio. Sonarse con demasiada fuerza puede enviar mocos infectados hacia el oído medio, aumentando el riesgo de otitis (infección del oído).
Entonces, ¿qué se debe hacer en su lugar?
Desde el punto de vista de la fisioterapia respiratoria, existen alternativas más saludables y eficaces para manejar el exceso de mucosidad:
1. Lavados nasales: El uso de soluciones salinas ayuda a limpiar las vías nasales de forma suave, reduciendo la congestión sin generar presión adicional.
2. Técnica adecuada para sonarse: Si decides sonarte, hazlo de la siguiente manera:
- Sopla una fosa nasal a la vez, mientras mantienes la otra cerrada.
- Evita usar demasiada fuerza.
3. Hidratación y vapor: Beber suficiente agua y utilizar vaporizadores o duchas calientes puede ayudar a aflojar la mucosidad y facilitar su eliminación.
4. Técnicas de fisioterapia respiratoria: En casos de congestión severa o recurrente, la fisioterapia respiratoria puede ser una opción eficaz. Estas técnicas incluyen maniobras específicas para movilizar las secreciones y mejorar la ventilación pulmonar. Te recomendamos contactar con nuestro equipo de fisioterapia en Pilas para mejorar tus técnicas respiratorias.
¿Cuándo consultar a un profesional?
Aunque los mocos suelen ser inofensivos, hay señales que indican que es necesario buscar atención médica:
- Congestión nasal persistente durante más de 10 días.
- Dolor facial o presión alrededor de los senos paranasales.
- Fiebre acompañada de secreciones nasales de color verde o amarillo intenso.
- Sangrado nasal frecuente.
Desde la fisioterapia, el enfoque en la prevención y el cuidado adecuado de las vías respiratorias es clave para mantener una salud óptima. Así que la próxima vez que sientas la tentación de sonarte con fuerza, recuerda que hay formas más amables de ayudar a tu nariz.




